
Este país llamado Chile cumple 197 años desde que comenzó seriamente su carrera independista, la cual resultó exitosa ocho años después, cuando se consiguió por fin la tan anhelada separación definitiva de las políticas centralistas españolas, para esos entonces Chile era fisonómicamente muy diferente a lo que es hoy por lo que la evolución de la cultura criolla tradicional se concentró en la zona central donde el roto y el huaso compartían el tinto y la empanada y donde la cueca comenzaba a tomar forma como un baile típico de este incipiente país. Era el nacimiento del sueño de la republica.
Como todos sabemos, a lo largo de la historia, Chile perdió grandes extensiones de territorio y peleó por añadir unos cuantos mas. ¿Para que? Para tener mas recursos naturales que permitan generar dinero y así darle sustento a nuestro pais, pero estos territorios ya tenían una marca y que por si solos habían construido su identidad, como es el caso de las culturas de los pueblos originarios del norte y del sur. Cosa que no importa a la hora de homogeneizar, para bien o para mal. Me explico:
¿Importa acaso el origen étnico de un niño a la hora de querer que desarrolle sus capacidades cognitivas al máximo, entregándole las herramientas sociales y tecnológicas disponibles? o ¿hay que dejar que ese niño viva su cultura y tradiciones milenarias por el resto su vida, criando animales y cosechando su alimento? Por supuesto que hay variadas formas de interpretar y resolver estas interrogantes, pero ¿cual será la mas acertada?
Por una parte, si se decide sacarlo de su cultura, se da un paso a la homogenización, claro que mezclada con resentimiento y extrañeza, y por el otro, si se decide la permanencia dentro de su forma inicial, se aporta en la no desaparición de la riqueza cultural originaria, haciendo de ese niño menos competente en el desarrollo de habilidades ‘modernas’ pero increíblemente apto para vivir en armonía con la naturaleza, entonces insisto en la pregunta: ¿que hacer?
Hoy por hoy, las culturas originarias sobreviven tratando de rescatar lo que pueden, luchando por proteger sus tierras del avance aplastador del consumismo occidental instaurado sin reclamo por nosotros mismos, haciendo de nuestra tierra un acopio de desechos inutilizables o inundando tierras lindas y fértiles que solo los habitantes originales se atreven a recorrer y que los ojos de signo peso ven como una oportunidad para concentrar mas riqueza en ellos mismos.
Lamentablemente creo que las culturas originarias se consumen rápidamente y van derecho a la extinción si no encontramos una respuesta contundente que permita involucrar las visiones de vida y lo que realmente significa pertenecer, lo que me lleva a hacerme otra pregunta ¿pertenecemos a un país llamado Chile y por lo tanto debemos someternos a sus políticas y tradiciones o verdaderamente pertenecemos a la pachamama por lo que deberíamos someternos a sus leyes? La cultura dominante nos ataca con sus promociones y créditos dieciocheros mientras los habitantes originales se hacen mas viejos, sin poder transmitir su legado, llevándose con ellos los últimos intentos del rescate cultural originario dando paso a nuestras queridas tradiciones centralistas.
El fanatismo patriota del 18 nos hace olvidar que somos parte de algo más grande, de algo que se llama identidad, y creo que no me identifico mucho con Chile.
Wena Dany! las radios que escuchamos definitivamente marcan nuestras vidas. Como no recordar a la Perfección cuando teníamos unos 13 y la olvidada Sol, ahora que tengo vientisiempre escucho más bien pop anglo, tipo Play, Rock and Pop, al MIguel le gusta la Futuro...
ResponderBorrarEso, que te vaya bien en Stgo. Saludos.